El otro día me hicieron acordar de una anécdota que por razones obvias había olvidado. Hace algunos años, llegué un poco bastante borracho a mi casa un Domingo a las 7:00 am. Luego de algunos intentos para introducir la llave en la cerradura, la puerta se abrió y mi padre estaba parado del otro lado.
Nos miramos un momento hasta que muy serio le dije:
- ¿Qué hacés despierto a esta hora?
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